¡VAMOS EN CAMINO!

¡VAMOS EN CAMINO!
Luz Verde. Cambiando mi Mundo...

16 abril 2008

Cuento “El Elefante Encadenado”

“El Elefante Encadenado”

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño, y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol con su propia fuerza, podría, con facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenía 5 o 6 años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
- Si esta amaestrado ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy segura de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal, aceptó su impotencia y se resigno a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.
El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás...jamás...intento poner a prueba su fuerza otra vez...
- Y así es. Todos somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos.
Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:
NO PUEDO.... NO PUEDO Y NUNCA PODRE.
Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.
Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma:
¡¡¡ NO PUEDO Y NUNCA PODRE!!!!
- Esto es algo de lo que te pasa, vivís condicionado por el recuerdo de que Otro, que ya no es, no pudo.
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón...
...TODO TU CORAZON।

No hay comentarios.:

Mis Imágenes

¿Tenés alguna pregunta?

¿Tenés alguna pregunta?
Queremos que te saques todas las dudas sobre el rol que tiene Monsanto en la sociedad