¡VAMOS EN CAMINO!

¡VAMOS EN CAMINO!
Luz Verde. Cambiando mi Mundo...

05 mayo 2008

*El Nido Vacío...

El Nido Vacío:
Las posibilidades de una nueva etapa

¿Qué pasa cuando los hijos crecen y dejan el hogar de origen? ¿Qué sienten una madre y un padre cuando después de veintitantos años de convivencia, poco más, poco menos, ven partir a sus hijos para que estos vuelvan ya sólo de visita?

Este evento, como tantos otros del ciclo de vida de una familia, es de enorme importancia para cada involucrado, ya que produce una crisis en el equilibrio familiar.

Las penas, las alegrías, las decisiones, el tiempo, ya nunca más se compartirán de la misma manera. Por lo tanto, la familia debe reorganizarse y alcanzar una nueva estabilidad a partir del cambio.

LOS RIESGOS DEL CAMBIO

Hay al menos dos cuestiones básicas que pueden plantear serios problemas a la pareja (probablemente de mediana edad) que queda sola en casa:
1. El tiempo, antes escaso ya que estaba repartido entre las múltiples actividades de los hijos, las propias y las de la casa en general, ahora parece ampliarse y hasta sobrar. Si no se encuentran actividades nuevas en las que involucrarse, la inacción dará lugar a sentimientos de inutilidad, depresión, ansiedad, o actitudes manipuladoras para que el hijo retorne al hogar, entre otras.

2. El matrimonio que estuvo solo, sin hijos en las primer etapa de pareja, pasó luego una veintena de años rodeado primero de hijos pequeños, luego adolescentes y finalmente jóvenes que sucesivamente fueron ocupando el centro de la escena y el centro de sus vidas. Ahora, se reencuentran, solos como al principio, pero con más edad. Si el matrimonio no dedicó el esfuerzo necesario por cuidar el espacio específico de pareja en los años de crianza, la vuelta a la soledad será vivida insatisfactoriamente, casi como entre dos extraños.

EL LADO BUENO DE LA CRISIS

La partida de los hijos puede generar tristeza, frustración, miedo, ansiedad... ¿Está mal tener estos sentimientos? Por supuesto que no; los sentimientos vienen, sean deseados o no; pero cada uno de nosotros tiene un inmenso poder y es el de cómo reaccionaremos ante nuestro sentir. Podemos hundirnos en la ansiedad o en la autoconmiseración, o podemos aprovechar lo que nos brinda cada nueva etapa del ciclo vital. Toda crisis se presenta disfrazada de problema, pero si somos capaces de ver un poco más allá de su disfraz, descubrimos que allí se esconden apasionantes oportunidades.

¿Cuáles oportunidades?

· Es un tiempo para crecer:
El vacío que produjo la mudanza de los hijos necesita ser llenado de algún modo. La mediana edad es un tiempo especialmente propicio para el desarrollo de actividades que antes no podían realizarse. Disponer de más tiempo y de más experiencia facilita que cada uno puede encontrar la manera de involucrarse en actividades de barrio, la iglesia, el club, alguna asociación, etc.
Del mismo modo, se cuenta con más tiempo para salir, encontrarse con amigos, estudiar, viajar o hacer aquellas cosas que siempre deseó y no pudo. Es el tiempo de desarrollar los recursos internos postergados hasta este momento y de enriquecer la vida hacia el interior y el exterior.

· Es un tiempo para el reencuentro:
Si las relaciones no se cuidan, dejan de desarrollarse como es debido, y finalmente, mueren. Seguramente el apasionado romance juvenil haya pasado. Pero ahora hay algo más sólido: la capacidad de dialogar juntos, de tolerar mejor las diferencias, de reírse de los mutuos errores, de hacer las críticas de un modo amable, de iniciar juntos alguna actividad (salir a correr, tomar algún curso que les interese, etc). Es la ocasión para ser creativos y encontrar nuevos desafíos a la vida matrimonial.

· Un tiempo para compartir:
La relación con los hijos que se han ido no se acaba, sino que simplemente toma otra configuración. La relación puede ser más relajada, sin tantas responsabilidades para los padres y ser ampliamente disfrutada por todos.

· Un tiempo para nuevo rol:
Los nietos vienen a llenar nuevamente de bullicio la casa de los abuelos. Disfrutar con ellos, descubrir sus talentos, reír con sus ocurrencias y compartir sus juegos, abre una nueva y hermosa dimensión dentro del ser humano.

En cada persona está la posibilidad de quedarse con las “pérdidas” o con las oportunidades de esta etapa. Disfrutar de la vida implica aceptar los cambios, por dolorosos que sean, y aprender a sacarles provecho.

No hay comentarios.:

Mis Imágenes

¿Tenés alguna pregunta?

¿Tenés alguna pregunta?
Queremos que te saques todas las dudas sobre el rol que tiene Monsanto en la sociedad