...Para ver las faltas usen un Espejo, no un Telescopio*...
Pretendo en el Blog ir publicando información y escritos realizados en y sobre EDUCACION hacia aquellos temas que nos definen como Seres Humanos- por lo que somos de verdad, importantes- sin dejar de pisar la tierra...otorgándole mayor importancia a los Niños, raíces de nuestro Ser. Todos podemos "Algo", al menos una mínima cosa y de esa capacidad creo que hay que partir. ¡Son Bienvenidos! GRACIAS. MV
18 abril 2016
01 julio 2015
¿Qué siente un disléxico al intentar leer? Este experimento tipográfico te lo muestra
Una definición simplificada de la dislexia hace referencia a un problema para aprender a leer que presentan niños cuyo coeficiente intelectual es normal pero no aparecen otros problemas físicos o psicológicos que puedan explicar dichas dificultades.
Según algunas estadísticas la dislexia afecta en mayor o menor grado a un 10% o un 15% de la población escolar y adulta… pero ¿sabemos cómo se sienten?
Daniel Britton, un joven, de 25 años y diseñador gráfico de Reino Unido ha intentado un sencillo experimento gráfico para intentar alcanzarlo. Para ello, ha creado una tipografía.
Si no puedes leer las letras en rojo o te ha costado mucho esfuerzo, no eres disléxico, has experimentado lo frustrante que es para una persona que padece dislexia leer y comprender lo que lee.
«No puedes leer un texto a la primera. Primero tienes que leer cada letra individualmente, entonces, juntar las palabras, luego las frases y, por último, los párrafos», cuenta Daniel Britton a Daily Mail.
«Dyslexia» es el nombre le ha puesto para la tipografía y con la que pretende que las personas que no padecen este problema se pongan en la piel de los que sí lo hacen, comprobando cómo su velocidad lectora disminuye significativamente cuando a las letras parecen faltarles parte de su estructura.
Fuente: Muhimu (Salud y Psicología)
08 abril 2015
Los 5 mitos sobre el test de Paternidad
Gracias al avance de la tecnología y de la ciencia genética, los test de paternidad constituyen, hasta la actualidad, la forma más fiable y exacta para determinar la relación biológica existente entre un presunto padre y un hijo/a. Pero, por desconocimiento o información no siempre clara, existen algunos mitos sobre los test de paternidad que son necesarios aclarar dada su falsedad.
Para hacer un test de paternidad es necesario tomar sí o sí una muestra de sangre y esto es un proceso doloroso. Falso. Si bien este tipo de pruebas puede hacerse con una muestra de sangre –como se hacían hace varios años-, lo más común hoy en día es tomar una muestra de saliva mediante un hisopado bucal, una técnica no invasiva y muy sencilla de realizar.
No se puede hacer un test de paternidad con un niño no nacido aún. Falso. En la actualidad, existen algunas pruebas de paternidad prenatal, aunque son invasivas y pueden llegar a ocasionar un riesgo para el embarazo (ya que consisten en tomar una muestra desde el viente materno).
Los resultados de un test de paternidad tardan mucho en ser entregados.Falso. A medida que el tiempo y la tecnología avanzan, cada vez son más cortos los períodos de espera. Una vez que las muestras son entregadas al laboratorio, los resultados están listos en los 7 ó 10 días hábiles posteriores.
Sin la presencia del padre, no se puede hacer un test de paternidad. Falso. En caso de ausencia del supuesto padre –porque ha fallecido o porque no quiere realizar la prueba-, otros miembros de la familia de él pueden someterse al test. En esta prueba, los hermanos y\o hermanas del padre proporcionan su ADN y éste es comparado con el del niño del supuesto padre.
Los resultados de un test de paternidad pueden no ser confiables. Falso. Si la persona elige un laboratorio acreditado y con experiencia en esto servicios, no hay manera que un resultado no sea fiable. Los resultados de una prueba de ADN son emitidos en términos de una probabilidad denominada Indice Combinado de Paternidad (ICP), que para una exclusión es siempre 0%, lo que significa que no existe en absoluto ninguna probabilidad de que el presunto padre sea el padre biológico. Además, es la responsabilidad del laboratorio realizar pruebas extendidas de ADN hasta que los resultados virtualmente eliminen la probabilidad de que otro hombre tenga los mismos resultados que el presunto padre.
Fuente- Progenitest
07 febrero 2015
¿Por qué casi no hay niños franceses hiperactivos o con déficit atencional?
Mientras en Estados Unidos alrededor del 9% de los escolares han sido diagnosticados con Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH) y en Chile alrededor de un 5%, en Francia apenas un 0,5%. ¿Cuál es el motivo?
La terapeuta familiar estadounidense y doctora en psicología, Marilyn Wedge, explicó en una columna en el portal especializado Psychology Today, que en Norteamérica “los psiquiatras consideran al TDAH como un trastorno biológico con causas biológicas, por lo que el tratamiento elegido es también biológico: medicamentos psicoestimulantes como Ritalin y Adderall”.
En cambio, señala la especialista, “los psiquiatras franceses, ven el TDAH como una condición médica que tiene causas psico-sociales y situacionales”, esto quiere decir que en lugar de tratar los problemas de comportamiento con medicamentos, los profesionales parisinos se centran en el contexto social del niño. De este modo, el problema se trata con psicoterapia o terapia familiar. “Esta es una manera de ver las cosas muy diferente a la tendencia estadounidense (que se acerca mucho a la chilena) de atribuir todos los síntomas a una disfunción biológica, como un desequilibrio químico en el cerebro del niño”.
Además, la profesional explica que por lo general, en Francia no se utiliza el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Según el sociólogo Manuel Vallee, la Federación Francesa de Psiquiatría ha desarrollado un sistema de clasificación alternativo llamado CFTMEA (Classification Française des Troubles Mentaux de L’Enfant et de L’Adolescent), lanzado por primera vez en 1983 y actualizado en 1988 y 2000. “El enfoque de CFTMEA es identificar y abordar las causas subyacentes de los síntomas psicosociales de los niños”, explica.
“En la medida en que los médicos franceses tienen éxito en encontrar y reparar lo que ha ido mal en el contexto social del niño, menos pequeños califican para el diagnóstico de TDAH. Por otra parte, la definición de TDAH no es tan amplia como en el sistema americano, que, a mi juicio, tiende a ‘patologizar’ gran parte de lo que es el comportamiento normal de la infancia. El DSM no considera específicamente las causas subyacentes. Por lo tanto, lleva a los médicos dar el diagnóstico de TDAH a un número mucho mayor de niños sintomáticos, alentando al mismo tiempo a tratar a los niños con los productos farmacéuticos” complementa la experta.
Alimentación y estilo de vida
Por otro lado, Wedge dice que el sistema parisino toma en cuenta factores como la alimentación, pues algunos colorantes artificiales y preservantes pudieran afectar la conducta de los menores. “En los Estados Unidos, el enfoque estricto sobre el tratamiento farmacéutico del TDAH, anima a los médicos a pasar por alto la influencia de factores dietéticos sobre el comportamiento de los niños”, explica.
Además, señala que en Francia también influye el estilo de crianza de los padres, que se caracteriza por establecer límites claros. Ella afirma que es muy difícil que en una familia francesa, un niño “picotee” entre comidas, ya que la mayoría ha aprendido que las comidas son cada 4 horas y que deben esperar pacientemente si les da hambre a una hora que no corresponde.
“Como terapeuta que trabaja con niños, tiene perfecto sentido para mí que los niños franceses no necesiten medicamentos para controlar su comportamiento, porque aprenden autocontrol temprano en sus vidas. Los niños crecen en familias en las que las reglas son bien entendidas, y existe una jerarquía familiar clara. En las familias francesas, los padres se hacen firmemente cargo de sus hijos, al contrario del estilo de la familia estadounidense, en el que la situación es muy a menudo viceversa”, finaliza.
Fuente: http://www.biobiochile.cl/2013/06/03/por-que-casi-no-hay-ninos-franceses-hiperactivos-o-con-deficit-atencional.shtml
La terapeuta familiar estadounidense y doctora en psicología, Marilyn Wedge, explicó en una columna en el portal especializado Psychology Today, que en Norteamérica “los psiquiatras consideran al TDAH como un trastorno biológico con causas biológicas, por lo que el tratamiento elegido es también biológico: medicamentos psicoestimulantes como Ritalin y Adderall”.
En cambio, señala la especialista, “los psiquiatras franceses, ven el TDAH como una condición médica que tiene causas psico-sociales y situacionales”, esto quiere decir que en lugar de tratar los problemas de comportamiento con medicamentos, los profesionales parisinos se centran en el contexto social del niño. De este modo, el problema se trata con psicoterapia o terapia familiar. “Esta es una manera de ver las cosas muy diferente a la tendencia estadounidense (que se acerca mucho a la chilena) de atribuir todos los síntomas a una disfunción biológica, como un desequilibrio químico en el cerebro del niño”.
Además, la profesional explica que por lo general, en Francia no se utiliza el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Según el sociólogo Manuel Vallee, la Federación Francesa de Psiquiatría ha desarrollado un sistema de clasificación alternativo llamado CFTMEA (Classification Française des Troubles Mentaux de L’Enfant et de L’Adolescent), lanzado por primera vez en 1983 y actualizado en 1988 y 2000. “El enfoque de CFTMEA es identificar y abordar las causas subyacentes de los síntomas psicosociales de los niños”, explica.
“En la medida en que los médicos franceses tienen éxito en encontrar y reparar lo que ha ido mal en el contexto social del niño, menos pequeños califican para el diagnóstico de TDAH. Por otra parte, la definición de TDAH no es tan amplia como en el sistema americano, que, a mi juicio, tiende a ‘patologizar’ gran parte de lo que es el comportamiento normal de la infancia. El DSM no considera específicamente las causas subyacentes. Por lo tanto, lleva a los médicos dar el diagnóstico de TDAH a un número mucho mayor de niños sintomáticos, alentando al mismo tiempo a tratar a los niños con los productos farmacéuticos” complementa la experta.
Alimentación y estilo de vida
Por otro lado, Wedge dice que el sistema parisino toma en cuenta factores como la alimentación, pues algunos colorantes artificiales y preservantes pudieran afectar la conducta de los menores. “En los Estados Unidos, el enfoque estricto sobre el tratamiento farmacéutico del TDAH, anima a los médicos a pasar por alto la influencia de factores dietéticos sobre el comportamiento de los niños”, explica.
Además, señala que en Francia también influye el estilo de crianza de los padres, que se caracteriza por establecer límites claros. Ella afirma que es muy difícil que en una familia francesa, un niño “picotee” entre comidas, ya que la mayoría ha aprendido que las comidas son cada 4 horas y que deben esperar pacientemente si les da hambre a una hora que no corresponde.
“Como terapeuta que trabaja con niños, tiene perfecto sentido para mí que los niños franceses no necesiten medicamentos para controlar su comportamiento, porque aprenden autocontrol temprano en sus vidas. Los niños crecen en familias en las que las reglas son bien entendidas, y existe una jerarquía familiar clara. En las familias francesas, los padres se hacen firmemente cargo de sus hijos, al contrario del estilo de la familia estadounidense, en el que la situación es muy a menudo viceversa”, finaliza.
Fuente: http://www.biobiochile.cl/2013/06/03/por-que-casi-no-hay-ninos-franceses-hiperactivos-o-con-deficit-atencional.shtml
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08 diciembre 2014
Reflexiones- La Pareja
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Sergio Bergman,
sexualidad
Más de la mitad de las denuncias por abuso sexual a niños y adolescentes no se investigan
Más de la mitad de las denuncias por abuso sexual a niños y adolescentes no se investigan
Quedan en la nada porque la persona denunciante no continúa el trámite ante la justicia por temores, complicaciones o desconocimiento, aseguró la especialista Eva Giberti, coordinadora del Programa Las Víctimas contra Las Violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, según la experiencia de su equipo de Violencia Sexual.
"Nuestro equipo, que trabaja en delitos contra la integridad sexual, recibe actualmente un promedio de cinco denuncias diarias solo en ciudad de Buenos Aires, y tres de los cinco no siguen adelante con la investigación, con lo cual no hay intervención del juez, y se vuelven a su casa a seguir conviviendo con el abusador", precisó la experta en diálogo con Télam.
Giberti reveló esta realidad en el marco de una problemática que "no sólo no mejora sino que se acrecienta" y que "cerca del 80 por ciento de esos abusos se da en el ámbito intrafamiliar, abusa el padre, abusa el abuelo, abusa el tío, abusa un hermano mayor".
La experta definió el abuso sexual como un "fenómeno de corrupción, de despotismo sobre la vida de los chicos", y precisó que "abuso es manoseo, es mostrar fotos pornográficas, es acercarse al chico de determinadas formas mediante seducciones, y también tenemos que hablar específicamente de violación e incesto a que son sometidos los niños desde que son bebés".
Frente a estas situaciones, "la denuncia hay que hacerla, pero además hay que 'instar la causa penal' y esto quiere decir, porque muchas veces no se sabe qué significa, que se abre la causa en tribunales para que se investigue; luego se lo cita al sujeto denunciado, y por otro lado el niño o niña tiene una entrevista con psicólogos. Esto es lo que hay que saber, que no es cuestión de ir sólo a la comisaría sino que hay que seguir adelante con el trámite".
En este sentido, explicó que cuando se hace la denuncia "la policía tiene la obligación de llamarnos inmediatamente y somos las primeras personas que vemos al niño o niña antes de que vaya a tribunales, y tenemos una entrevista donde conversamos de cualquier cosa a 'tiempo libre', después se hace la denuncia delante nuestro, y mientras se llama al juez, pero la víctima de violación no queda jamás sola, siempre está con nosotras, nunca a merced de la policía".
El hecho de que muchas veces no se hace la denuncia ante un abuso sexual o no se continúa con la investigación, tiene que ver con "el miedo a lo que va a pasar, y lo que va a pasar es lo que tiene que pasar: que el sujeto abusador va a tener que tomar distancia, o sea va a tener que intervenir un juez", destacó Giberti.
No obstante, se lamentó de que "no contamos con todos los jueces que debemos contar porque hay determinados jueces, por no decir la mayoría, que -si bien éste es un dato estimativo porque es lo que tenemos visto- tienen la tendencia a decir que 'el chico miente'".
"O, como es una causa penal, -continuó- buscan pruebas de detalles y detalles, lo cual es una imposibilidad absoluta porque la criatura víctima de un delito de abuso sexual en el momento puede no fijar o no representar lo que le está pasando, su psiquismo no alcanza para generar el mecanismo que después le signifique un recuerdo exacto, entonces un día puede contarlo de un modo y al día siguiente distinto, que es lo que está esperando el juez para decir que ese chico está diciendo cosas que no son verdaderas".
En este marco, dijo que a pesar de "la Cámara Gesell y los peritajes, en donde queda demostrado que hubo abuso, el juez tiene la tendencia a desestimar esos informes y a decir que no, porque le falta el detalle tal y cual".
El juez sostiene esta postura porque "sabe que va a tener que detener a un padre de familia y no quiere hacerlo porque la cabeza patriarcal de algunos jueces no puede admitir que el padre de familia, que está sacralizado, sea sin embargo un miserable".
A su vez, muchas veces una mujer no quiere hacer la denuncia porque "sabe que se va a quedar sin marido, y eso no es tan sencillo cuando tenés cinco chicos y el que los alimenta es el padre. Pero tengamos en cuenta que ese hombre empieza abusando por uno y después sigue con los otros".
"Estos son los cuadros que vemos cotidianamente", enfatizó la especialista tras añadir que muchas veces "la familia no es lo que nos contaron que es".
Giberti reveló esta realidad en el marco de una problemática que "no sólo no mejora sino que se acrecienta" y que "cerca del 80 por ciento de esos abusos se da en el ámbito intrafamiliar, abusa el padre, abusa el abuelo, abusa el tío, abusa un hermano mayor".
La experta definió el abuso sexual como un "fenómeno de corrupción, de despotismo sobre la vida de los chicos", y precisó que "abuso es manoseo, es mostrar fotos pornográficas, es acercarse al chico de determinadas formas mediante seducciones, y también tenemos que hablar específicamente de violación e incesto a que son sometidos los niños desde que son bebés".
La opinión de los expertos
Frente a estas situaciones, "la denuncia hay que hacerla, pero además hay que 'instar la causa penal' y esto quiere decir, porque muchas veces no se sabe qué significa, que se abre la causa en tribunales para que se investigue; luego se lo cita al sujeto denunciado, y por otro lado el niño o niña tiene una entrevista con psicólogos. Esto es lo que hay que saber, que no es cuestión de ir sólo a la comisaría sino que hay que seguir adelante con el trámite".
En este sentido, explicó que cuando se hace la denuncia "la policía tiene la obligación de llamarnos inmediatamente y somos las primeras personas que vemos al niño o niña antes de que vaya a tribunales, y tenemos una entrevista donde conversamos de cualquier cosa a 'tiempo libre', después se hace la denuncia delante nuestro, y mientras se llama al juez, pero la víctima de violación no queda jamás sola, siempre está con nosotras, nunca a merced de la policía".
El hecho de que muchas veces no se hace la denuncia ante un abuso sexual o no se continúa con la investigación, tiene que ver con "el miedo a lo que va a pasar, y lo que va a pasar es lo que tiene que pasar: que el sujeto abusador va a tener que tomar distancia, o sea va a tener que intervenir un juez", destacó Giberti.
No obstante, se lamentó de que "no contamos con todos los jueces que debemos contar porque hay determinados jueces, por no decir la mayoría, que -si bien éste es un dato estimativo porque es lo que tenemos visto- tienen la tendencia a decir que 'el chico miente'".
"O, como es una causa penal, -continuó- buscan pruebas de detalles y detalles, lo cual es una imposibilidad absoluta porque la criatura víctima de un delito de abuso sexual en el momento puede no fijar o no representar lo que le está pasando, su psiquismo no alcanza para generar el mecanismo que después le signifique un recuerdo exacto, entonces un día puede contarlo de un modo y al día siguiente distinto, que es lo que está esperando el juez para decir que ese chico está diciendo cosas que no son verdaderas".
En este marco, dijo que a pesar de "la Cámara Gesell y los peritajes, en donde queda demostrado que hubo abuso, el juez tiene la tendencia a desestimar esos informes y a decir que no, porque le falta el detalle tal y cual".
El juez sostiene esta postura porque "sabe que va a tener que detener a un padre de familia y no quiere hacerlo porque la cabeza patriarcal de algunos jueces no puede admitir que el padre de familia, que está sacralizado, sea sin embargo un miserable".
A su vez, muchas veces una mujer no quiere hacer la denuncia porque "sabe que se va a quedar sin marido, y eso no es tan sencillo cuando tenés cinco chicos y el que los alimenta es el padre. Pero tengamos en cuenta que ese hombre empieza abusando por uno y después sigue con los otros".
"Estos son los cuadros que vemos cotidianamente", enfatizó la especialista tras añadir que muchas veces "la familia no es lo que nos contaron que es".
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01 diciembre 2014
11 septiembre 2014
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